Para atender las necesidades del hombre en su capacidad de
consumo la naturaleza se ha redoblado arriba de su capacidad de
reproducción. Con el desenfrenado consumismo incentivado por el
actual modelo económico el planeta día a día viene mostrando
señales de cansancio y la naturaleza ya demuestra que no
soportará por mucho tiempo los malos tratos que viene recibiendo
por parte del hombre que, en su ambición por el acumulo de
riquezas, vuelve la espalda para el problema y continúa
explotando al máximo sus recursos naturales, más precisamente
sus recursos hídricos que ya comienzan a escasear.
Reflexiones, manifestaciones
surgen aquí y allá a respecto del tema pero son acciones
aisladas sin ningún resultado práctico. El tiempo pasa y cada
vez más nos aproximamos del abismo sin que ninguna medida sea
tomada en el sentido de minimizar el problema. Está en la hora
de actuar efectivamente en una acción integrada y determinada
para llegar un planeta saludable, con plena condición de vida a
las futuras generaciones.
El agua por ser un producto
común a toda la humanidad es indispensable a la vida, debería
estar protegida por leyes severas, elaboradas
internacionalmente, previendo penas rigurosas para quienes no
las cumplan.
A ejemplo de las instituciones
financieras que fueron creadas a fin de promover el desarrollo
de los países subdesarrollados, que tal si creamos una robusta
cooperativa a nivel internacional envolviendo el mayor número de
países posible, cuyo nombre sería: Organización Internacional
Defensora del Medio Ambiente (OIDMA), con la finalidad exclusiva
de auxiliar países subdesarrollados en la construcción de
infraestructura para el tratamiento de los detritos, tanto
domésticos cuanto industriales. Auxiliar en el combate a la
miseria en las comunidades carentes que de modo general explotan
la naturaleza de manera irracional promoviendo la retirada de su
vegetación natural para transformarla en carbón y así garantir
miserablemente la supervivencia; en el combate al tráfico de
animales silvestres y tantos daños más; financiar programas de
reflorestamiento principalmente en las regiones ribereñas, donde
fuera necesario, con vistas a preservar manantiales y ríos de
agua potable, bien común a toda la humanidad, imprescindible a
la vida en el planeta?
Como crearla es una
cuestión de voluntad política para discutir las alternativas.
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